(Reseña de Joaquín Soto)
Dirigida en 1972 por Andrei Tarkovsky, la acción se sitúa en una base orbital humana situada en la órbita de un planeta llamado Solaris y desarrolla los extraños hechos que se van sucediendo en ella.
Es una reflexión sobre el origen y el destino del ser humano, sobre lo que puede haber tras la muerte y sobre la naturaleza y posibilidades de la mente.