(Reseña de Joaquín Soto)
Película dirigida por Pier Paolo Pasolini, es una original e inspirada lectura del mensaje del Evangelio de Mateo expuesta austeramente y con gran fuerza lírica.
Dedicada a la labor del Papa Juan XXIII, Pasolini presenta un Jesús muy cercano al pueblo, lejos de la solemnidad y acartonamiento de otras versiones cinematográficas sobre el personaje.
Filmada en riguroso blanco y negro, en una época en que en este tipo de historias se solía utilizar el color y toda la parafernalia propia del gran espectáculo, es una propuesta visual realista y cruda, iconoclasta en su momento, sin dejar por ello de tener una gran carga poética y de evidenciarse la influencia que, en su acabado formal, ha tenido en ella la pintura renacentista italiana.
Como anécdota, destacar que Jesús no es interpretado en esta ocasión por un actor profesional, sino por un estudiante barcelonés amigo del director.