Autor: Hans Küng
(Reseña de Olga López)
“Imposible sobrevivir sin una ética mundial. Imposible la paz mundial sin paz religiosa. Imposible la paz religiosa sin diálogo de religiones”.
De esta forma comienza este libro de Hans Küng, teólogo católico. En este ensayo el autor se encarga de argumentar sistemáticamente sus reflexiones para llegar a las conclusiones que expresan las tres frases antes citadas.
Küng afirma en este libro que la ética debe estar basada en “lo Incondicionado”; toda ética que no esté basada en valores trascendentes (religiosos) no sirve, no es fuente de sentido para nuestra vida. Si además tenemos en cuenta que la falta de valores que aqueja a la sociedad occidental nos está llevando a un callejón sin salida; es más, está haciendo peligrar la propia supervivencia de la humanidad, la única solución para evitar nuestra autodestrucción es la creación de una ética mundial que rija todos los ámbitos de nuestra sociedad (cultura, economía, política, relaciones humanas, etc.)
Küng da por supuesto que, hoy en día, es imposible que exista una única religión, y en ello no podemos por menos que estar de acuerdo con él. Por eso aboga por una ética mundial, que sí cree factible, siempre y cuando las diferentes religiones se pongan realmente a dialogar entre sí y abandonen los enfrentamientos a los que lleva el creerse poseedoras de la Verdad absoluta.
Ello no significa, para el autor, renunciar a los fundamentos de nuestra fe; se trata nada más (y nada menos) que escuchar al otro e intentar comprender sus planteamientos para construir entre todos unos valores éticos aplicables y practicables por todos los seres humanos, sea cual sea la religión que profesen. El diálogo, además, debe ir precedido de un ejercicio de autocrítica, algo que deben hacer todas las religiones sin excepción.
Leyendo este libro se llega a la conclusión de que es indudable que necesitamos una ética mundial para reducir las enormes desigualdades de todo tipo que hay hoy en día (económicas, de derechos humanos, etc.) entre los seres humanos. Si algún día este planeta ha de alcanzar la era de luz y vida, llegar a tener una ética mundial será un paso obligado. Küng nos indica en este libro los pasos necesarios para conseguirla. Y da la impresión de que, a poca voluntad que se pusiese entre todos, sería factible incluso en nuestros días.