Reflexiones urantianas

Reflexiones urantianas - dic 2022Un análisis de parte de la información disponible sobre los principales acontecimientos de los últimos dos mil años aproximadamente, desde el otorgamiento de Miguel de Nebadon, sugiere que el planeta sigue estancado espiritualmente. Incluso cuando al mismo tiempo disfrutamos de niveles de progreso y estabilidad planetaria sin precedentes.

Esta parece haber sido la razón misma por la que la quinta revelación de época, El libro de Urantia, fue promulgada como una medida de emergencia que siguió a muchas otras medidas de emergencia posteriores a la rebelión aplicadas para apoyar a los pueblos de Urantia. El estado de nuestro planeta, tal y como lo mencionaron los reveladores en sus mensajes de hace unos 100 años (si el proceso de revelación comenzó a principios del siglo XX, como algunos especulan), no podía ser más aleccionador.

Este párrafo del documento 114 habla, en efecto, de una configuración de gobierno planetario bastante extraordinaria en respuesta a nuestra peculiar historia reciente (además de la rebelión, el único éxito parcial de las cuatro revelaciones de época anteriores):

La administración que existe en Urantia es francamente difícil de describir. No tiene un gobierno formal según el esquema organizativo del universo, con separación de los departamentos legislativo, ejecutivo y judicial. Los veinticuatro consejeros son lo más parecido a la rama legislativa del gobierno planetario. El gobernador general es un jefe ejecutivo provisional y consultivo, limitado por el poder de veto del observador Altísimo. Y no hay ningún poder judicial con autoridad absoluta en el planeta, solo comisiones de conciliación. 114:5.1 (1254.1)

El mismo documento nos recuerda lo siguiente:

Este gobierno planetario de organización bastante imprecisa y administración un tanto personal es más eficaz de lo esperado gracias al ahorro de tiempo que supone la asistencia de los arcángeles, cuyo circuito siempre operativo se utiliza con frecuencia en las emergencias planetarias y las dificultades administrativas. El planeta sigue estando aislado espiritualmente de los circuitos de Norlatiadek, pero ahora se puede sortear este impedimento en caso de emergencia utilizando el circuito de los arcángeles. Por otra parte, el aislamiento planetario afecta poco a los mortales individuales desde que se derramara el Espíritu de la Verdad sobre toda carne hace mil novecientos años. 114:5.4 (1254.4)

Además del maravilloso servicio de los arcángeles, tenemos, por supuesto, los bastante efectivos cuerpos ciudadanos permanentes de apoyo en el cuerpo de leales intermedios planetarios, y finalmente nos puede animar el hecho de que el Espíritu de la Verdad de nuestro Hijo Maestro está trabajando activamente junto con el Espíritu Santo de nuestra Hija Creativa y nuestros Ajustadores del Pensamiento, para ayudar a que nuestro nivel de consciencia de Dios continúe aumentando y nos lleve hacia adelante espiritualmente.

En mi opinión, el servicio más importante que podemos ofrecer a nuestro planeta es, para empezar, los modestos cambios diarios en nuestros propios hábitos y comportamientos: una práctica diaria de meditación de adoración y oración que nos prepare para un servicio sinceramente amoroso y desinteresado. Una persona más cada día, empezando por nosotros mismos. Gestionar mejor nuestro miedo, ira, envidia, celos e impaciencia. Encontrar formas cada vez más amables y tolerantes de relacionarnos con los demás y con la naturaleza. Trabajar para producir más de lo que usamos, desperdiciar menos y ser más sabios económicamente en nuestro uso de la energía y los recursos vivos. Elegir mejor la forma de relacionarnos con los alimentos, las bebidas y otros productos de consumo. Acumular menos, compartir más (incluyendo nuestro propio tiempo y recursos) y asumir una mayor y mejor responsabilidad por nuestros hogares, familias y comunidades directas. Remediar los rencores del pasado, desenredar y aliviar las relaciones disfuncionales o carentes de amor, y reconciliarnos con aquellos a quienes herimos o causamos tensión, pena o sufrimiento.

No todo lo anterior nos resulta fácil, pero el propio camino de la vida y el amor está ahí para recorrerlo.