Cuestionario urantiano

Luis García BoryActualmente soy emprendedor en la rama de la nutrición basado en Ginebra, Suiza. Aunque en el pasado me he empleado en los rubros de banca y finanzas, consultoría estratégica empresarial y de negocios internacionales, así como en el mundo del emprendimiento en innovación y digitalización corporativa.

Soy originario de México, y además de Suiza, he vivido en EE. UU., el Reino Unido, Francia y Alemania. Aún no me he casado y estoy soltero y sin hijos. Además de amar a mi familia, a mis amigos y la espiritualidad, me encantan la filosofía, la psicología, la tecnología, la investigación científica, la inventiva e innovación emprendedoras, el arte, la música, el cocinar y el yoga.

  1. ¿Cómo llegaste hasta El libro de Urantia y por qué crees que lo encontraste?

A través de mi hermano Víctor, quien cuando éramos adolescentes me introdujo a los libros El Caballo de Troya y La Rebelión de Lucifer del escritor español Juan José Benítez. Fue en este último libro donde mi hermano Víctor encontró la primera referencia a la que entonces J.J. Benítez se refería como la «Fundación Iurancha».

Años después —en 1993, para ser preciso—, por azares del destino, Víctor ubicó en una tienda de libros en la Ciudad de México la primera traducción al español de The Urantia Book. Leíamos «el libro azul» juntos, aunque mi hermano lo hacía en español y yo usando la versión original en inglés.

Creo que una de las posibles razones de haberlo encontrado —quizás la más evidente, en retrospectiva— fue la intensa curiosidad espiritual e intelectual que ambos compartimos, en parte por influencia y experiencia familiar, y en parte como resultado de lo que yo llamaría un «llamado interior». Una búsqueda inconsciente de la verdad mediante el discernimiento de las posibles respuestas filosóficas a las preguntas esenciales del origen y propósito del existir humano que nos inquietaban, como creo nos inquietan a muchos de nosotros cuando somos adolescentes, sedientos de establecer una versión personal creíble, coherente y sensata del mundo y del universo —y de nuestra realidad en ellos.

2. ¿Cuál fue tu primera impresión al leerlo?

Supongo que mi primera impresión fue más pura e inconsciente espiritualmente hablando, ya que, como mencioné, fue basada en los diversos volúmenes de la serie de los Caballos de Troya —que como sabemos, plagian amplias secciones de la cuarta parte de El libro de Urantia.

De aquellas lecturas destacan dos aspectos que me cautivaron inicialmente: la exquisita belleza de los pasajes en los que Jesús expone sus enseñanzas a los apóstoles y sus afirmaciones sobre la vida eterna espiritual más allá de este planeta. Dos aspectos que comenzaban a darle congruencia, propósito y significado a mi vida. En cuanto me enteré de que El libro de Urantia es la fuente original sin las adulteraciones de J.J. Benítez, despertó en mí un agudo interés en leer a cabalidad la totalidad de la quinta revelación de época.

Hablando ya de El libro de Urantia en sí mismo, uno de mis primeros recuerdos es el de haber leído el índice pensando: «este libro finalmente va a responder a muchas de mis preguntas filosóficas y espirituales que aún carecen de respuestas satisfactorias». Después de leer el prólogo caí en la cuenta de que sería un libro muy complejo y extraordinario, lo cual me causó simultáneamente enorme curiosidad y una especie de miedo aunado a un deseo intenso de enfrentar el desafío intelectual que presentaba.

Una vez que terminé de leer el documento número uno, recuerdo haber regresado al principio y haberlo leído en diversas ocasiones antes de continuar con el número dos. Me sentí maravillado e iluminado intelectualmente, ¡pero también confundido y consciente de que iba a necesitar un diccionario siempre a mi lado!

3. ¿En qué punto de la lectura (documento, frase, etc.) aceptaste que El libro de Urantia es realmente lo que dice ser?

En realidad, nunca albergué dudas a priori acerca de la veracidad de El libro de Urantia. Supongo que la parte de mi mente más lógica, racional, escéptica y buscadora del sentido común me ha guiado desde mi lectura inicial y a lo largo de mi estudio del libro por ya más de treinta años.

Lo que sí recuerdo al haber concluido mi primera lectura completa de la primera parte (incluyendo, como mencioné, la repetición de la lectura de documentos que encontré difíciles de discernir) es el sentir —yo diría intuitivamente— que en El libro de Urantia se me había obsequiado acceso al invaluable tesoro de revelación divina de época. Caí en la cuenta de que la altísima simplicidad técnica, belleza lingüística y maestría dialéctica con la que son presentados y correlacionados conceptos, definiciones y personalidades altamente complejos, eran extraordinarias y que no eran comparables con ninguno de los trabajos humanos que había hasta entonces leído.

A lo largo de décadas de estudio, solo se ha fortalecido y enriquecido esta convicción inicial, llevándome a mi nivel actual de fe viva en la contundente realidad divina y universal de los valores de verdad, belleza y bondad presentados en El libro de Urantia. Valores que se ponen de manifiesto de forma tangible y maravillosa en todas las relaciones que conforman la realidad de nuestro vivir cotidiano material.

4. ¿En qué forma El libro de Urantia ha cambiado tu vida?

Quizás la forma más simplificada de responder a esta pregunta sería el decir que El libro de Urantia me ha ofrecido claridad acerca de:

  • La fuente divina e inteligente de toda la materia, energía y fuerzas que rigen, sincronizan y coordinan toda la creación del universo.
  • El origen divino de la vida, de la evolución y progreso del cosmos, de mi individualidad humana y del colectivo que integra todas mis relaciones con mi entorno.
  • El potencial del destino eterno de mi personalidad, en ejercicio de mi libertad soberana de elección de valores divinos universales y del servicio por amor en mi existir actual.

5. ¿Ha cambiado la fe que tenías después de leerlo? Si es así, ¿de qué forma?

El libro de Urantia me abrió la mente y el alma a la realidad de la espiritualidad personal en relación directa con Dios y en servicio a los demás. Ello me permitió abandonar el ateísmo al que había caído como rechazo a todas las absurdidades y manipulaciones de las organizaciones de fe institucionalizada.

6. ¿Hay algún punto (o puntos) de la revelación que te cueste aceptar?

Más que haya puntos que me cueste aceptar, hay grandes desafíos que me cuesta alcanzar. Por ejemplo, El libro de Urantia nos invita a aprender a amar auténtica y desinteresadamente a un ser humano más cada día. Pero también nos enseña que dicho amar es resultado del comprender profundo de nuestros semejantes. ¡En la realidad de las demandas del vivir cotidiano, es muy complejo y desafiante el poder conseguir esto cada semana, ni qué decir cada día!

«No podéis amar de verdad a vuestros semejantes por un mero acto de voluntad. El amor nace solo de una comprensión profunda de los motivos y sentimientos del prójimo. Amar hoy a todos los hombres no es tan importante como aprender a amar a un ser humano más cada día. Si cada día o cada semana conseguís comprender a uno más de vuestros semejantes, y si ese es el límite de vuestra capacidad, conseguiréis una personalidad cada vez más socializada y verdaderamente espiritual. El amor es contagioso, y cuando la entrega humana es inteligente y sabia, el amor es más pegadizo que el odio. Pero solo el amor auténtico y desinteresado es verdaderamente contagioso. Si cada mortal pudiera convertirse en un foco de afecto dinámico, este virus benigno del amor impregnaría pronto la corriente sentimental de emociones de la humanidad hasta el punto de que toda la civilización estaría envuelta en amor y se haría realidad la hermandad del hombre.» (100:4.6)

7. ¿Cuál es la parte que más profundamente te ha impresionado?

Quizás el saber que ni los reveladores mismos pueden explicar la naturaleza y fuente de dotación de vida planetaria. Saben de dónde proviene, pero no cómo se obtiene. Ese es uno de los más grandes secretos del universo, específicamente centrado en la persona del Espíritu Infinito y potestad creadora-distributiva su progenie. Por ello mismo, nos revelan que los humanos jamás podremos crear vida.

«Hay algunas cosas relacionadas con la elaboración de la vida en los planetas evolutivos que no están del todo claras para nosotros. Comprendemos plenamente la organización física de las fórmulas electroquímicas de los Portadores de Vida, pero no entendemos por completo la naturaleza y la fuente de la chispa de activación de la vida. Sabemos que la vida fluye desde el Padre, a través del Hijo y mediante el Espíritu. Es más que posible que los Espíritus Maestros sean el canal séptuplo del río de vida que se vierte sobre toda la creación. Pero no comprendemos la técnica por la cual el Espíritu Maestro supervisor participa en el episodio inicial de otorgamiento de vida en un nuevo planeta. Estamos convencidos de que los Ancianos de los Días participan también de alguna manera en esta inauguración de la vida en un mundo nuevo, pero ignoramos por completo la naturaleza de esta participación. Sabemos que el Espíritu Madre del Universo vitaliza efectivamente los patrones sin vida e imparte a ese plasma activado las prerrogativas de reproducción del organismo. Observamos que estos tres son los niveles de Dios Séptuplo, denominados a veces los Creadores Supremos del tiempo y el espacio. Pero aparte de eso, sabemos poco más que los mortales de Urantia: simplemente que el concepto es inherente al Padre, expresión en el Hijo y realización de vida en el Espíritu.» (36:6.7)

8. ¿Cómo entiendes tú eso de «hacer la voluntad del Padre»?

Hacer la voluntad del Padre demanda saber cuál es la voluntad del Padre, que es que cada uno de nosotros, dadas las diversas dotes y ministerios materiales, mentales y espirituales que nos han sido otorgados, alcancemos a:

  • Realizar nuestro máximo nivel de discernimiento de la verdad divina mediante la adoración, y a
  • Realizar nuestro máximo nivel de belleza y progreso espiritual en servicio por amor sincero y genuinamente desinteresado.

9. ¿Has llegado a ser consciente de la presencia de tu Ajustador?

No.

10.  ¿Has intentado poner en práctica las enseñanzas del Maestro? ¿Cuál ha sido el resultado?

Lo intento cada día aún. Las manifestaciones más evidentes y palpables de mis esfuerzos han sido un gradual, pero claramente progresivo y creciente abandono:

  • De mis dudas y desconfianzas espirituales e intelectuales, y
  • De mis miedos, rabias y ansiedades emocionales por las incertidumbres o insuficiencias materiales y afectivas temporales.

11. ¿Crees que El libro de Urantia tiene algo «misterioso» que hace que no todo el mundo se decida a leerlo?

Lo «misterioso» es, por ofrecer una definición, algo que no conocemos bien, que pareciera oculto. La mayoría de los que desvelan las complejidades de El libro de Urantia ante su incapacidad de, o desinterés en, estudiarlo de forma estructurada y disciplinada, optan por abandonarlo. Ello les impide a muchos sobrepasar el aparente «misterio» que El libro de Urantia impone.

En mi opinión, el libro presenta un gran desafío cognitivo, intelectual, emocional y material para la mayoría de los que lo estudiamos. Discernir los más elevados significados y valor de sus verdades y enseñanzas, e integrarlos de forma práctica en la vida cotidiana requiere compromisos de tiempo y cambio radical de hábitos e inercias que la mayoría no están preparados a ofrecer.

Pero estudiarlo es una de las decisiones más sabias que uno puede tomar. Porque el camino de la espiritualidad es el camino perfecto a la estabilidad y realización de los mayores potenciales intelectuales, afectivos, emocionales y materiales. Pero los que no lo han puesto en práctica no lo entienden, en parte debido a la percepción actual —un tanto prejuiciosa, un tanto tergiversada— y mala fama que rodean a temas como la espiritualidad, la religión y el amor fraternal sincero.

12. ¿Hay algo más que quieras decir respecto a El libro de Urantia?

Solo invitar a todos aquellos interesados en El libro de Urantia a atreverse a abrir sus mentes y sus corazones a nuevas realidades derivadas de revelación divina que tienen un enorme potencial de ser trascendentales en mejorar la calidad de sus relaciones y los resultados de sus esfuerzos intelectuales, emocionales y profesionales. Crecer espiritualmente alimenta el círculo virtuoso del existir humano de forma extraordinaria y altamente peculiar en cada uno de nosotros.