Fecha: Del 28 de abril al 1 de mayo de 2018
Lugar: Hotel NH Zaragoza Centro (Zaragoza)
Tema: Vivir las enseñanzas
El XVII Encuentro de lectores españoles comenzó el viernes 28 de abril por la tarde en el Hotel NH Zaragoza Centro, situado en el centro de la ciudad. Asistieron unas 40 personas procedentes de todos los rincones del país: Barcelona, Burgos, Cáceres, Gerona, Guipúzcoa, La Rioja, Madrid, Málaga, Murcia, Navarra, Sevilla, Tarragona, Vizcaya y Zaragoza. También asistió Antonio Schefer, que vino desde Holanda en representación de la Asociación Urantia Internacional.
El tema de este Encuentro era “Vivir las enseñanzas”. En esta ocasión se decidió organizar un encuentro más experiencial y tomar como punto de partida del debate las experiencias de varios lectores agrupadas en las siguientes categorías:
- Experiencias de autocontrol
- Experiencias de planteamiento de la propia muerte
- Experiencias de pérdida de seres queridos y rupturas
- Experiencias de perdón
Pero las actividades del Encuentro no acabaron aquí. El sábado 28, y tras la presentación de apertura del Encuentro, Olga López dio una charla sobre el movimiento Urantia desde 1955 hasta nuestros días, en la que repasó los acontecimientos más importantes y explicó cuál es la situación organizativa actual de las tres grandes organizaciones relacionadas con El libro de Urantia: la Fundación Urantia, la Asociación Urantia Internacional y la Urantia Book Fellowship.
Tras la presentación de Olga, asistimos a una amena e intensa presentación de Javier Martínez sobre “Una revelación transformadora: la transformación personal”. Como con la charla anterior, hubo tiempo para un coloquio posterior.
Al día siguiente, el domingo por la mañana, se proyectó la película “La cabaña” y hubo un interesante coloquio posterior. Aun teniendo un enfoque claramente cristiano, tiene unos diálogos que podrían perfectamente ser “urantianos”.
Aparte de compartir las experiencias agrupadas en las categorías anteriormente mencionadas, el domingo por la tarde se hizo un taller sobre la oración en el que los asistentes se agruparon aleatoriamente con unos facilitadores previamente establecidos y compartieron con otros sus experiencias sobre la manera de orar y lo que han obtenido gracias a la oración. A continuación una persona de cada grupo compartía su experiencia voluntariamente.
El domingo por la noche, después de cenar, probamos un nuevo juego diseñado por tres miembros de la junta, de nombre “La carrera a Nebadón”, que permitía ir avanzando por los mundos del régimen moroncial si se contestaba correctamente a unas preguntas tipo test relacionadas con el libro. Los asistentes participaban en grupos de tres o cuatro personas y fue realmente divertido.
Al día siguiente, lunes, seguimos compartiendo experiencias y por la tarde dimos un paseo por Zaragoza y visitamos la basílica de El Pilar. Para continuar fraternizando, fuimos a cenar en grupos de unas seis personas a los numerosos bares de la céntrica zona de El Tubo. Al regresar al hotel, hubo tiempo también de mantener un interesante debate libre sobre múltiples temas del libro.
El martes, el último día, y como viene siendo habitual, se realizó una sesión de preguntas y respuestas previa a la asamblea general de la asociación. En esta ocasión hubo asamblea ordinaria y extraordinaria: en la primera la junta expuso todo lo que la asociación había llevado a cabo el año anterior, y en la extraordinaria se propuso y se votó la renovación de la junta.
Nueva junta de la AUE. De izquierda a derecha: José Manuel Duarte (secretario), Ana María García (tesorera), Mariano Pérez (grupos de estudio), Ginés Avilés (presidente) y Jaime Marco (vicepresidente)
También se aprobó la modificación de los estatutos, para incluir la formación de un consejo consultivo, donde estén los presidentes anteriores y otros antiguos miembros de la junta o lectores comprometidos a ofrecer su apoyo a la asociación.
Tras el almuerzo llegó la parte más difícil, que era la de las despedidas. Cuatro días pasan muy rápido cuando se está en buena compañía, pero nos queda el buen recuerdo de los días vividos y esperar con ilusión volvernos a ver.