156:2.1 (1735.5) Al entrar en Sidón, Jesús y sus asociados pasaron por un puente, el primero que muchos de ellos habían visto nunca. Mientras caminaban por él, entre otras cosas, Jesús dijo: «Este mundo no es más que un puente; podéis atravesarlo, pero no deberíais pensar en construir una morada encima de él.»
Tan simple y tan difícil… Pero es la concreción de la fe, ese no instalarse en este mundo ni en sus valores materiales; e incluyo en estos últimos también valores emocionales. Tanto lo ganado como lo perdido no deberían ser más que aceptados como resultado del normal desarrollo de los acontecimientos. Y sin embargo el creyente, en su animalesca pero inocente búsqueda, encuentra o cree encontrar respuestas, o vistazos de lo que vendrá. Si logro tener un pie en este mundo pero mis ojos en el siguiente, no solo cumplo con el consejo de Jesús y acreciento mi fe, sino que también aligero las cargas de este mundo, haciendo, principalmente las pérdidas, muchísimo más entendibles y llevaderas, con sus consecuentes lecciones espirituales.