Navegando por la vida: La serenidad

La serenidadEl soberano de un gran reino se encontraba ya en una avanzada edad y quería asegurarse de que, antes de abandonar el mundo, le transmitía a su hijo una importante lección. A lo largo de las épocas más difíciles de su reinado, aquello había sido clave para mantenerse firme y conseguir que finalmente reinara en su país la paz y la armonía. Por alguna razón, el joven príncipe no acababa de entender lo que su padre le decía.

El soberano hizo que se convocara un concurso de pintura, cuyo tema sería la serenidad, con la condición de que no se rechazaría ninguna obra, por extraña que pareciera.

De todos los lugares del mundo conocido llegaron cuadros maravillosos. Algunos mostraban mares en calma, otros cielos despejados. Pero también apareció un cuadro extrañísimo, pintado con tonos oscuros y con escasa luminosidad, que reflejaba un mar revuelto en plena tempestad en el que enormes olas golpeaban con violencia las rocas oscuras de un acantilado. El cielo aparecía cubierto de enormes y oscuros nubarrones. Los nobles no entendieron el cuadro pero, como no podían rechazar esa obra por orden del rey, la colocaron en un rincón donde apenas se veía.

Llegó el día en el que el rey tenía que decidir cuál era el cuadro ganador. Recorrió todas las obras y, aunque le parecieron muy hermosas, sentía que a todas les faltaba algo hasta que, casi por casualidad, encontró el cuadro extraño en un rincón. Lo examinó cuidadosamente y proclamó que era el cuadro ganador.

Ante la incredulidad de los nobles, que no entendían su decisión, el rey les hizo fijarse en un detalle del cuadro. Entre las rocas, había un pequeño nido donde había un pajarito recién nacido. La madre le daba de comer, completamente ajena a la tormenta que estaba teniendo lugar.

El rey les explicó qué era lo que tanto ansiaba transmitir a su hijo el príncipe:

—La serenidad no surge de vivir en las circunstancias ideales como reflejan los otros cuadros con sus mares en calma y sus cielos despejados. La serenidad es la capacidad de mantener centrada tu atención, en medio de la dificultad, en aquello que para ti es una prioridad.