Esteban Cotán Reyes, uno de los miembros fundadores del grupo de estudio de Sevilla y primer presidente de la Asociación Urantia de España, partió para los mundos mansión el pasado 15 de agosto, a la edad de 96 años (hubiera cumplido 97 en noviembre). Era el lector más longevo de toda España.
En 1978, cuando tenía 51 años, supo de El libro de Urantia a través de su amigo ufólogo Antonio Moya, cuando todavía no existía una traducción al español y leían el libro traducido del francés y del inglés. A partir de entonces se fue formando un grupo de amigos que con el tiempo se reunieron para leer El libro de Urantia de una manera formal, y que conformaron el grupo de estudio de Sevilla. Hasta 2004, no hubo otro grupo de estudio del libro en España.
En 2001 se creó y acreditó por miembros de la Fundación y de la Asociación Urantia Internacional la Asociación Urantia de España. Esteban, que entonces estaba a punto de cumplir 74 años, fue elegido presidente. En 2004, en el IV Encuentro nacional de lectores celebrado en San Rafael (Segovia), se renovaron los cargos de la junta y ahí Esteban pasó el testigo para que la asociación siguiera creciendo y progresando.
Esteban fue un buscador de la verdad, y justamente esa búsqueda le llevó por los caminos de la ufología, pero fue El libro de Urantia lo que cambió su vida. Años después de enviudar, se casó con Josefina Canseco, otra lectora del libro y miembro del grupo de Sevilla, que se convirtió en su compañera de inquietudes hasta que la muerte de Josefina los separó.
Respecto a su carácter, era una persona tranquila, amable, reflexiva, de los que hablaban poco y pensaba mucho. Raras veces tomaba la palabra en los Encuentros, pero cuando lo hacía era un gozo escucharle, pues sus palabras estaban llenas de sentido común. Muchas veces expresó su alegría (y en ocasiones se emocionaba) al recordar los orígenes del movimiento Urantia en nuestro país, cuando solo había un grupo de lectores en Sevilla, para destacar lo que se había progresado hasta entonces en relativamente poco tiempo. También manifestó su deseo de que más personas jóvenes se unieran al movimiento y proporcionar así el necesario relevo generacional en la difusión de las enseñanzas del libro.
¡Buen viaje, querido Esteban! Estamos seguros de que ya estás en los mundos de mansonia disfrutando de la compañía de tus seres queridos.