Estarán de acuerdo conmigo de que es muy difícil elegir un párrafo. Hay tantos y tan cargados de sabiduría y revelación. Tantos que nos abren nuevas perspectivas sobre la Deidad, Jesús, nuestro planeta, la creación, etc.
No obstante, les traigo el siguiente párrafo:
Las transcripciones de la mente mortal y las configuraciones activas de la memoria de la criatura, tal como han sido transformadas desde los niveles materiales a los niveles espirituales, son propiedad individual de los Ajustadores del Pensamiento separados; estos factores espiritualizados de la mente, la memoria y la personalidad de la criatura forman parte para siempre de esos Ajustadores. La matriz mental de la criatura y los potenciales pasivos de su identidad están presentes en el alma morontial confiada al cuidado de los guardianes seráficos del destino. La reunión del alma morontial confiada a los serafines y de la mente espiritual confiada al Ajustador es lo que reensambla la personalidad de la criatura y constituye la resurrección de un superviviente dormido. (533.1) 47:3.3
Lo he elegido porque fue el que me hizo cambiar mi concepto sobre el alma.
Educado como fui en la fe católica, siempre tuve el concepto del alma como un doble etéreo de uno mismo; era lo que realmente albergaba la vida pues su ausencia implicaba la muerte. Cuando uno nacía y vivía era porque tenía alma, luego había que hacerla hija de Dios por el bautismo y cuando uno moría era porque su alma le abandonaba.
El hecho de que tuviese forma humana, continuase la vida tras la muerte y fuese autónoma justificaba todas las historias de fantasmas y fenómenos paranormales asociados a las personas fallecidas (visitas, mensajes, movimientos de objetos, etc.).
Cuando entendí por otros párrafos (47:3.7) que desde que morimos hasta que resucitamos el ser humano no gana absolutamente nada y (112:5.13) que estamos totalmente inconscientes entre la muerte y la resurrección. Me pregunté ¿por qué? ¿Qué es el alma entonces? Este párrafo que les traigo me lo reveló: es la matriz mental nuestra junto con todos nuestros potenciales que aún no hemos manifestado.
Para mí el alma es algo. Algo que, insertado adecuadamente en un sistema viviente (una nueva mente), podrá dar sentido a la información apropiada por el Ajustador y puesta a disposición en la repersonalizacón para que el mortal pueda sobrevivir si así lo ha decidido y es acreedor de ello, es su yo morontial.
Pero sin sistema viviente el alma solo es algo. Algo con el potencial de ser alguien.
Adquirido este nuevo concepto, me fue fácil entender cuando el alma es abandonada por el Ajustador en los que se fusionan con el espíritu (40:9.4-6), o como las serafines guardianas pueden tener a cargo 1000 almas o el proceso de repersonalización de los arcángeles de resurrección, nuestra serafín guardiana y el Ajustador (112:3.5 y 112:5.19); y sobre todo me ha permitido ir desmontando todos esos andamiajes mentales que daban cabida a la superstición y creencia en fantasmas y fenómenos paranormales sobre las personas fallecidas.
Entonces ¿qué hacer con la cantidad de testimonios y vivencias manifestadas por millones de personas en este mundo al respecto? Pienso que todos los testimonios manifestados desde la honestidad y la honradez son ciertos y así han sido vividos por sus protagonistas, pero su origen, su naturaleza habrá que encontrarlos en otras causas.